La Big-Band de Bob Sands y Ruy-Blas: Sinatra for Torquemada
Diez de la noche, veinticinco grados, la luna camino de su plena redondez. El Claustro de los Reyes en Santo Tomás de Ávila es durante la próxima hora y media la fábrica de los sueños. Aquí están Bob Sands y sus diez y seis músicos para llevarnos, de la mano y la voz de Ruy Blas, a aquel cine al que llegamos tarde porque las películas musicales de los años treinta, cuarenta y primeros cincuenta eran cosa del otro bando. La música de Minelli, de Sammy Cahn y Cole Porter. La presencia en el escenario de la memoria de Sinatra, Fred Astaire y Ginger Rogers y todas las figuras que aparacían en los carteles de mano que repartían en El Grande. Todo es evocación, vinilo y celuloide de colección esta noche: Fly me to the moon, Summer wind, Strangers in the nigh, My Way…
Cuando al final del concierto el maestro Ruy Blas, que nunca será Sinatra aunque ni a él ni al público nos importe, dedica una canción a los padres dominicos, los dueños del patio, Torquemada se asoma por alguno de los cien vanos con una cámara digital y, clic, dispara para tener la prueba que le permita entregarnos a todos, a los mil espectadores y los veinte de la banda entre músicos y técnicos, al tribunal del Santo Oficio. Pero que nos quiten lo bailao. También me parece ver asomado detrás de algún pilar a Jovellanos, al obispo de Tonkin y a un oficial de la Legión Cóndor que anda desvelado: fantasmas del pasado.
Lo menos bueno del concierto, la megafonía: sobraba como la mitad. Un programita de mano para el recuerdo tampoco habría estado de más.
1 comentarios:
Siempre he tenido la impresión de llegar tarde a las épocas: no estuve cuando la expulsión de los judíos, ni cuando aquellos barquitos llegaron a América, ni cuando volvieron a llegar otros barcos, ya mejorados, con los intelectuales de finales de los 30; tampoco estuve en mayo del 68... Pero esta noche sí: estuve con los saxos, las trompetas y el piano de aquellas legandarias jazz-bands que siempre me han transportado a un tiempo y un espacio... Ni siquiera hubo frío, en noche de luna llena, como el verano anterior.
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.