jueves, 17 de mayo de 2018
sábado, 20 de enero de 2018
El escribano de Muñotello (I)
Publicado por
Jesús Arribas
en
11:37
0
comentarios
Etiquetas: Teoría de Pradosegar
sábado, 8 de octubre de 2016
Teoría de Pradosegar / Antonio Sánchez
Publicado por
Jesús Arribas
en
18:40
0
comentarios
Etiquetas: Teoría de Pradosegar
miércoles, 16 de julio de 2014
Ars moriendi
Publicado por
Jesús Arribas
en
11:20
1 comentarios
Etiquetas: Teoría de Pradosegar
martes, 15 de mayo de 2012
Recortes en Ávila
Lo he dicho en la SER esta mañana.
Cada mañana amanecemos con un susto nuevo, lo que puede llevar a que dejemos de asustarnos, convencidos de que lo nuestro es un simple estado de ánimo, que estamos tristes o un poco deprimidos, vaya, y que lo que necesitamos es una tanda de sesiones de terapia de grupo o algo de psicoanálisis; pero lo grave es que nuestro psicoanalista argentino, que vendió las acciones de Repsol a tiempo, está empezando a asustarse también porque sabe que no se trata de un síndrome ni un complejo, sino simplemente de que están disminuyendo las consultas y los pacientes han vuelto a los confesonarios porque les sale mucho más barato. Lo que ocurre no viene en los manuales o en los tratados que desarrollaban las doctrinas de Freud o Jung.
¿Cómo entenderán en el futuro los estudiantes de Economía el fenómeno de los 5 ó 6 millones de parados en la nación que poco antes había sido la undécima potencia económica del mundo? ¿Cómo se explicará el fenómeno cuando hayan pasado cuatro generaciones, es decir en 2099?: “Pues lo que pasó –contará el abuelo– es que los bancos se empeñaron en que los clientes debían aceptar préstamos para adquirir inmuebles, las inmobiliarias vieron el negocio e hincharon los precios, a más altos precios mayores y más fáciles de conseguir los préstamos, hasta que el sistema reventó por sí mismo y todos, prestatarios y no prestatarios tuvieron que acudir en socorro de bancos y cajas, para que los más ricos y los políticos que se habían sentado en los consejos sin la menor idea de economía ni de ética social pudieran seguir siendo ricos o políticos o ambas cosas, como ocurrió aquí mismo en Ávila, donde se cumplió el paradigma con un presidente de caja que podía decir, como el personaje de Mihura en Tres sombreros de copa: ‘Yo soy el señor más rico de la provincia’, ¿has entendido, hijo, el porqué de aquellos recortes?” “Más o menos”, responderá el chaval. “En fin, que podía habértelo dicho como se decía entonces: que nadie da duros a peseta”.
Pero los recortes de todas las crisis tienen nombre y apellidos. La otra tarde, en Pradosegar, conversaba con Marcos, un niño de doce años listo como un conejo de monte. Iba a empezar en septiembre la ESO en el colegio público de Muñana, como se acordó hace años para atender racionalmente a esta población dispersa de chicos de los pueblos; pero la Junta de Castilla y León ha decidido de repente que no: que ni Marcos ni 6 niños más de Muñana, 2 de Amavida, 1 de Villatoro y uno más de Cepeda de la Mora podrán estudiar allí, a pesar del informe favorable de la Inspección, sino que tendrán que venir a la ciudad a diario, al instituto Jorge Santayana. Aunque alguna familia hubiera querido matricular a su niño o a su niña en un colegio, tampoco habría podido porque el plazo de preinscripción ha terminado a primeros de abril y la decisión de la Junta ha llegado el otro día. ¿Lo habrán hecho a propósito o serán así de torpes?
“A mí sí me gusta el Santayana –aclara Marcos–, pero es que son 90 kilómetros o más todos los días y me voy a tener que levantar a las siete de la mañana, y cuando quiera volver a casa para comer ya son las cuatro y media de la tarde, y en invierno...”
Muchos días –pienso– se cruzará por el camino con el presidente que viene o vuelve de su pueblo por esa misma carretera, agotado de tanto consejo de administración, tanta inauguración, posado, aplauso y “ánimo tú déjalos que digan ladran luego cabalgamos”.
Marcos y sus compañeros harán 500 kilómetros semanales, 2.000 al mes: para que el aeropuerto de Albacete pueda seguir prestando servicio a 937 pasajeros al año (es decir, a 2,3 pasajeros al día) o el de León siga abierto para los 130 pasajeros al mes que tuvo el pasado abril; para que la televisión de Castilla y León siga con sus reportajes de hora y media sobre aquella romería de honda raigambre; o para que los 17 parlamentos, ¡17!, continúen evacuando leyes, reglamentos, ordenanzas y todo tipo de papeles duplicados e inútiles.
Cómo no vamos a estar indignados, aunque no vayamos todas las tardes a las asambleas de El Grande. Cómo vamos a permanecer callados cuando comprobamos que los recortes afectan más a los más débiles, a quienes no han tomado parte en el festín reciente y ahora tienen que alimentarse de consejos y reprimendas.
¿No les da vergüenza? ¿No le da a usted vergüenza, señor presidente?
Publicado por
Jesús Arribas
en
20:24
0
comentarios
Etiquetas: Teoría de Pradosegar
domingo, 15 de abril de 2012
El Tío Poeta

Este libro arrinconado en la parte de atrás de la estantería nos ha parecido durante muchos años insignificante. Pero hoy, haciendo orden en la librería, hemos descubierto que ha crecido en nuestra estimación. El libro, calladamente, ha estado esperando décadas a que alguien lo saque del olvido, a él y a su autor.

Publicado por
Jesús Arribas
en
22:01
1 comentarios
Etiquetas: Teoría de Pradosegar
lunes, 30 de enero de 2012
Teoría de Pradosegar 5 / El Navarejo en Invierno
En enero hay que quemar las hojas. En días soleados como hoy, los robles todavía se resisten a desnudarse. No perderán la hoja hasta que Primavera lo exija, ¿es que pensáis quedaros con lo viejo?, venga, perezosos, que aquí traigo brotes nuevos. Sin embargo, el nogal va con la estación y ya en noviembre ha dejado el prado cubierto de una alfombra perfumada, debajo de la cual siempre es posible encontrar el tesoro de la última nuez aún fresca. Y luego está el pino de Práxedes, enorme, con su tronco inabarcable, siempre negro o verde, según las horas, escondiendo en su copa el nido de alondras.
La hoguera va consumiendo con paciencia las hojas muertas, no hay prisa, y dejando en el aire el recuerdo de aquel esplendor del verano. A través de las gasas de humo se filtra la luz del sol decorando con magia el escenario. Cuesta sustraerse a tanta belleza y caer en la cuenta de que solo son unas hojas quemándose. En el campanario próximo, la cigüeña, que ha llegado hace dos semanas, aguarda con paciencia a que dejen de humear las cenizas para bajar al prado en busca de raíces y ramas secas con las que reparar el armazón del nido. Por el cielo del Navarejo, purísimo, pasa la ruta de América. En el avión, que veo sin oírlo, viaja una familia de ecuatorianos que ha agotado sus recursos y la paciencia buscando el salario perdido. ¡Tanta belleza coincidiendo con tanta frustración!
San Blas, patrón de Poveda, aquí al lado: tú que consigues que todos los años vuelvan las cigüeñas por estas fechas, déjalos volver también a ellos.
Publicado por
Jesús Arribas
en
14:43
0
comentarios
Etiquetas: Teoría de Pradosegar
lunes, 11 de julio de 2011
Teoría de Pradosegar 4 / Hace un siglo
Cada personaje de esta foto es una historia: de esfuerzo para sacar adelante a la familia, de destajos abrasadores, de emigración, de miedo por no saber si el hermano o el novio volverá del frente o saldrá vivo de la cárcel, de niños que sueñan con ser labradores como sus padres y niñas que quieren ser sus novias y más tarde sus amas. Juntos todos, son más que vecinos o familiares. Se ayudan en las matanzas y en la construcción del pajar, abren el barranco en el cementario para dar sepultura al abuelo, van los domingos a buscar al cura a Villatoro si ha nevado, cortan los ramos en la sierra al final del verano, se dan turnos para el riego aunque a veces se crucen palabras airadas, esperan con impaciencia la fiesta de san Roque, se ennovian, se casan, tienen muchos hijos en previsión de los que se llevarán la disentería o las fiebres. Son, en fin, más que vecinos casi un clan.
Así eran.
Publicado por
Jesús Arribas
en
4:16
1 comentarios
Etiquetas: Teoría de Pradosegar
martes, 29 de marzo de 2011
Teoría de Pradosegar / 3. Los ramos
Publicado por
Jesús Arribas
en
15:07
0
comentarios
Etiquetas: Teoría de Pradosegar
martes, 8 de febrero de 2011
Teoría de Pradosegar / 2. Buenos amigos
Se llama Antonio y tiene 83 años. Es hijo del tío Esteban, "El Sacristán", que se inventó de oídas un gregoriano recio y rural con el que llenaba el ámbito de la iglesia cada domingo. Su hijo ha heredado muchos registros y matices de la voz del padre, sobre todo la potencia. Tenemos pendiente una grabación de canciones antiguas que no puede pasar de esta primavera. Cuando está en el pueblo, Antonio es el campanero. Por una escalera de caracol que a mí me dejó inútil para una semana cuando subí el pasado verano, asciende como si nada para tocar a difunto, avisar de que ya ha llegado el señor cura o recordar que esta tarde hay reunión.
Como ha sido forestal por Cuelgamuros y otros bosques, sabe más que nadie de especies, de suelos, de hierbas. Pasear con él por el campo es una lección permanente y sencilla de geografía e historia local, de microtoponimia y antropología de andar por casa. Aborrece el caciqueo cerril y supo plantarle cara -no fue el único- a aquel alcalde cuatrero que había confundido el pueblo con su cortijo. Junto a su casa de la calle de la Igesia, cuida un huerto umbroso con tapiales lamidos por las aguas frescas del arroyo de Los Tejos, que baja purísimo de Serrota.
-Es el arroyo de Los Tejos -dice- y no cuenta con un solo ejemplar en su ribera. Así que me dio por plantar algunos aquí, en mi huerto, para no dejarle por mentiroso.
En verano, al caer la tarde, se le puede ver llegar de la huerta que cultiva por el camino de Muñotello con una cesta en la que acelgas y calabacines le hacen la corte a un ramo de gladiolos.
En los últimos años, Antonio ha regresado a las aulas, de las que se ausentó -creía él que para siempre- cuando tenía catorce años. Ha cursado en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid un programa de tres años de Humanidades que ha enriquecido aún más su discurso. Lee incansablemente, escribe versos de los que se entienden y puede exhibir, si hay confianza, una memoria histórica inquietante sobre la guerra civil y la primera posguerra. Cuando alguna vez hemos planeado una excursión, nos ha gustado hacer de viejecitos jubilados que gozan de permiso de un día, para que la chica que explica el castro se sienta en su salsa, nos tome por medio sordos y nos explique en voz bien alta en qué consiste lo de los tres recintos y el campo de piedras hincadas, nosotros muy respetuosos y con la boca ligeramente abierta, en actitud receptora.
A veces pienso: Antonio ha vuelto a clase después de setenta años. ¿Qué tendría que hacer yo, que nunca he salido de las aulas? Y me dan ganas de recorrer el camino inverso, abrir la casa del pueblo y quedarme en aquel paisaje amado aprendiendo todo lo que no sé. Pero no lo haré: me falta el empuje que a él le sobra.
Publicado por
Jesús Arribas
en
17:49
3
comentarios
Etiquetas: Teoría de Pradosegar
domingo, 9 de enero de 2011
Teoría de Pradosegar / 1. Un paisaje
Y ¿dónde dices que queda Pradosegar? es la pregunta de los amigos de Madrid, que parece que han nacido todos en el Barrio de Salamanca o en Arturo Soria. Y hay que explicarles que, desde Ávila, atravesando el Valle Amblés hasta llegar al nacimiento del río Adaja, antes de subir al puerto de Villatoro, a la izquierda... pero tened cuidado, es prerefible que paréis cuando hayáis pasado Amavida y lo contempléis desde fuera del coche... pues allí, en la falda de Serrota. La segunda pregunta siempre es ¿y tú cómo es que naciste allí? Me veo obligado a entrar en disquisiciones históricas sobre cómo y dónde nacíamos los niños cuando entonces, que no había paritorios ni maternidades ni cristo que lo fundó y las madres daban a luz en la cama de las abuelas, y además, ¿qué tiene de malo nacer en un sitio que no sea la calle Serrano de Madrid?, que lo sacáis a uno de quicio, con lo que me gusta a mi decir que soy de pueblo y las facilidades que me da para escurrirme de situaciones. Y la tercera pregunta, también obligada, es ¿y qué se puede comer por allí?, porque ya se sabe que los españoles tenemos instalada en el cerebro una guía gastronómica que no nos permite tirar de fiambrera en los viajes (a mi sí: de fiambrera, navaja y termo). Y les aclaro que por allí no hay gran cosa: si es fin de semana, en el bar de Bachiller puedes encontrar unas patatas revolconas y alguna otra tapa en plan paleto, muy autóctona... que allí cada cual se guisa lo suyo y no son mucho de estar inventando espumas ni asados, para eso hay que ir a Muñana, que es la capital, a que te la claven por comer lo de siempre. Así que no van a Pradosegar: o se quedan en los restaurantes de tenemos huevos rotos, cochinillo, cordero y, por supuesto, chuletón; o pasan de largo hacia Piedrahita o El Barco en busca de las casas de Gredos, impostadas y con ínfulas de hotelito con encanto.
Pero yo le recomiendo al viajero que pida un moscoso o diga que tiene notaría, para viajar a Pradosegar en día no festivo; que prepare la mochila con bocadillo de tortilla, algo de fruta y un trago de vino, y suba al Barrio de Arriba, allí deje el coche junto a la casa rural de Mercedes (esa sí que es rural) y emprenda el camino sierra arriba por los molinos en ruinas, hasta que el navegador de las piernas le avise de que ha llegado a su destino, que no a todos avisa a la vez. Habrá entrado en un paisaje en el que la sierra está recuperando lo que la mano del repoblador le fue restando durante siglos. Si va en primavera, verá los piornos florecidos y el espliego componiendo los colores del otro pabellón . Si prefiere el otoño, no podrá evitar la borrachera de los amarillos vibrando en el azul purísimo del cielo. Dentro de dos o tres semanas, seguramente con la nieve borrando los caminos, llegarán las cigüeñas, que ya me dirán qué se les ha perdido por estas tierras tan temprano. ¿Y en verano? Esa ya es otra historia.
Publicado por
Jesús Arribas
en
5:03
3
comentarios
Etiquetas: Teoría de Pradosegar