Ávila: la ecopolis de Chamorro

¡Qué gusto, Dios!, oír a un candidato a alcalde que cuando lee unas cuartillas no deja la sospecha de que él mismo o el negro de turno se ha paseado sin miramiento por la Wikipedia. Me refiero a la lección magistral pronunciada por el independiente Juan Antonio Chamorro, candidato del PSOE a encabezar la lista de las municipales, sin primarias ni gaitas, como Dios manda. Los comentarios que adornan la noticia en Ávila Digital son casi todos tirando a escépticos. Lo mío es más bien perplejidad. Conceptos como el de "ecopolis", "relocalización" o el de que "Ávila no puede ser una postal", engastados en una prosa artística de alta calidad me motivan para seguir de cerca la campaña de Chamorro. Su propuesta suena más a discurso de ingreso en la Academia de Bellas Artes que a presentación para ser alcalde de un ayuntamiento en ruina económica. Uno, que es un elitista irredento (lo reconozco), se deja seducir por la palabra bien dicha, después de oír tanta charranería en la radio y televisión locales.
Pero, como dice todavía la gente de los viernes, no es oro todo lo que reluce. Algún periodista debió de preguntarle por el divieso de la urbanización de Las Navas, que ya se sabe cómo son aquí los periodistas algunas veces, solo algunas y depende de quien se trate. Y Chamorro, que no tuvo la precaución de llevarse preparada la respuesta en endecasílabos sáficos, como hubiera correspondido al nivel de su prosa, contestó:
"Bueno, mira, lo de eee, lo de la imputación eee, eee, estamos imputados toda la eee entonces comisión de urbanismo porque el Colegio tiene que estar representando aaa al Colegio de Arquitectos y como tal voy a ir. Y ya está, ¿eh?" (transcripción literal).
Pues, lo dicho, ya está.