viernes, 29 de abril de 2011

A por los cinco millones

—Abuelo, cuéntame un cuento.
—¿De qué lo quieres?
—De terror.
—Mira que luego sueñas con monstruos.
Anda, abuelo, que sea de terror, porfa, porfa.
A la nieta, como se le meta algo en la cabeza, no hay quien se lo saque, El abuelo busca y rebusca en la caja de los argumentos, pero no encuentra gran cosa porque las noticias de la mañana le han dejado sin aliento. Así que decide partir de ahí mismo: del noticiario de las ocho.



— Pues verás. Era ya casi mayo, cuando hace la calor. En aquella familia, el padre llevaba sin trabajar desde hacía dos años y la mamá, que había cosido ropa en casa para una marca de prestigio ya no recibía encargos. Cuando llegó Tomás, el hijo, que tenía veinticinco años, anunciando “Me han despedido esta tarde, no sé qué de un ERE han dicho”, una emisora antipatriota estaba dando la noticia de que más de un millón de familias tenía a todos su miembros en el paro.
—Abuelo, ¿tú estás en paro?
—No nieta, yo estoy jubilado. Parece lo mismo pero no lo es. Otro día te lo explico.
—¿Y qué pasó?
Pues pasó que luego salió uno del Gobierno para dar una explicación a los periodistas y les dijo: Os debo una explicación y la explicación que os debo os la voy a dar. Y fue y se la dio: “No podemos negar —dijo— que la situación es preocupante, pero aún no hemos llegado a los cinco millones de parados”, que si los pusiéramos en fila, agarrándose las manos, en línea recta, formarían un frente desde Cádiz hasta París; pero esto solo lo pensó, no lo dijo porque él era ante todo un patriota. “Estamos convencidos —prosiguió— de que en los próximos meses cambiará la tendencia porque los vientos de la recuperación hinchan nuestras velas”.
—¿Qué es la tendencia, abuelo?
—Pues eso, nieta, la tendencia. Pero no me interrumpas, que se me va la especie.
—¿Y qué pasó?
—Pues pasó que el ministro sigió dándoles la explicación esa que les debía y que les daba: “Estamos confiados en que el turismo, nuestro principal sector productivo, será una fuente de creación de empleo en los próximos meses. Hay factores internacionales que soplan a nuestro favor: las matanzas en los países musulmanes, la venida del jeque y la jequesa de Qatar, el atentado sangriento de Marrakech; es posible, además que los volcanes Vesubio y Stromboli nos echen una mano con erupciones y que el deshielo galopante del Ártico desplace este verano el turismo nórdico a nuestras costas. Un terremoto en los Balcanes o, ¿por qué no?, otra guerra como aquella tampoco nos vendría mal. Cualquier cosa, menos crear una atmósfera de pesimismo, que es lo que hace el principal partido de la oposición, amparado en los medios de comunicación antipatriotas”.
—Es horrible, abuelo.
—Tú lo pediste de terror.
—De terror, sí, pero no de catástrofe.
—Bueno, nieta, duérmete. Mañana te contaré otro cuento, quizás un cuento chino.
Por estos cuentos de terror caseros, pura imaginación de viejo calamidad, el abuelo se había ganado el calificativo de Antipatros en la tertulia de progresistas de la tercera edad.

1 comentarios:

kika... dijo...

Me ha gustado el cuento. De terror del de verdad.

besos,
K

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