viernes, 27 de abril de 2012
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Y cuando Caín le pidió explicaciones a Abel, ¿a ver por qué tus sacrificios van a ser mejores que los míos?, y se puso a arrearle con la quijada, Abel lleno de sensatez le contestó arrepentido:
Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir.
¡Y tanto!
Publicado por Jesús Arribas en 19:05
Etiquetas: Pie forzado.
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